La ONU ha acusado a Marruecos de llevar a cabo una campaña de represión y desalojos forzosos para cambiar la demografía del Sáhara Occidental, territorio ocupado desde 1975. Ocho relatores denunciaron destrucción de viviendas y violencia contra defensores de derechos humanos. Las fuerzas marroquíes fueron señaladas por incendios provocados y desalojos sistemáticos, con proyectos de energía renovable en las áreas desalojadas sin el consentimiento de la población saharaui. Marruecos niega las acusaciones, calificándolas de campaña de desprestigio. Organizaciones de derechos humanos advierten sobre la represión continua y la falta de protección internacional en la región, reflejando un contexto de violación de los derechos humanos e impunidad.
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