La glándula tiroides, a pesar de su modesto tamaño y su ubicación en la parte baja del cuello, justo delante de la tráquea, desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo mediante la producción de hormonas tiroideas. Así lo afirma Alfredo Yoldi, endocrinólogo de Policlínica Gipuzkoa. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 750 millones de personas en todo el mundo sufren algún tipo de trastorno tiroideo, y el 60% de ellas lo desconocen.
El doctor Yoldi explica que para evaluar adecuadamente la salud de la glándula tiroides es necesario considerar tanto su tamaño como su funcionalidad. «Nosotros estudiamos la tiroides desde dos perspectivas: el tamaño y la función. Es importante destacar que estos dos aspectos no siempre están relacionados; puede haber alteraciones en el tamaño sin cambios en la función, y viceversa», afirma el especialista.
La prevalencia de las enfermedades tiroideas es notoriamente mayor en mujeres que en hombres, siendo ocho veces más común en el sexo femenino. Además, la incidencia de estos trastornos aumenta con la edad. Por esta razón, Alfredo Yoldi recomienda que «las mujeres a partir de los 45-50 años se sometan a un chequeo de la función tiroidea al menos una vez al año para detectar cualquier anomalía a tiempo».
Dentro de las principales alteraciones en la función tiroidea se encuentran el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. «El hipotiroidismo, caracterizado por una disminución en la producción de hormonas tiroideas; y el hipertiroidismo, que implica un exceso de estas hormonas, pueden afectar significativamente la calidad de vida del paciente», recalca Yoldi. Sin embargo, asegura que «con un tratamiento adecuado para normalizar la función tiroidea, podemos restablecer una calidad de vida normal y reducir los síntomas».
El especialista también aborda los problemas relacionados con el tamaño de la glándula tiroides, haciendo una distinción entre bocios y patología nodular. «Los bocios se refieren a un aumento en el tamaño de la glándula tiroides, lo que puede causar una tiroides agrandada. Por otro lado, los nódulos tiroideos son formaciones que se encuentran dentro de la glándula tiroides y forman parte de la patología nodular. Para evaluar estas alteraciones en el tamaño de la glándula tiroides, la ecografía tiroidea es la prueba de mayor resolución y precisión», explica.
Para evaluar la función tiroidea, una analítica de sangre es esencial y, en algunos casos, puede ser necesaria una gammagrafía tiroidea como prueba complementaria. Además de estas pruebas diagnósticas, Yoldi aconseja mantener una dieta con una cantidad adecuada de yodo, consumiendo alimentos ricos en este mineral, como pescados y mariscos, y utilizando sal yodada. Sin embargo, el especialista subraya que «es difícil prevenir completamente las enfermedades tiroideas debido a sus mecanismos fisiopatológicos», aunque estas medidas pueden contribuir a una mejor salud tiroidea.
La importancia de la glándula tiroides en el equilibrio metabólico y la salud en general no debe subestimarse, especialmente dada la alta tasa de trastornos tiroideos no diagnosticados a nivel mundial. La prevención y la detección temprana son claves para un manejo eficaz de estas afecciones.