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La Transformada Moscú Deslumbra con su Renovada Grandeza

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Angel

Moscú sigue siendo una ciudad de contrastes, una urbe donde la historia convergen con la modernidad y futurismo. Con su enigmático pasado, la capital rusa ha logrado metamorfosearse y mantenerse en el radar turístico gracias a su impresionante riqueza cultural y arquitectónica. Es una ciudad que no solo ha resistido el paso del tiempo y las vicisitudes políticas, sino que ha sabido reinventarse y lucir una cara cada vez más moderna.

Situada estratégicamente entre la Plaza Roja y el río Moscova, la nueva Moscú no pierde oportunidad para mostrar su grandeza. La historia de esta ciudad se remonta al siglo VI, cuando ya era un lugar de paso en la ruta de los esclavos. Desde la construcción del primer Kremlin de madera en el siglo XII hasta la llegada a Rusia del Mundial de Fútbol 2018, Moscú ha vivido una metamorfosis que la ha convertido en una urbe tan antigua como sofisticada.

La Plaza Roja es sin duda el epicentro de Moscú. Flanqueada por las murallas del Kremlin y los almacenes GUM, se alza imponente la Catedral de San Basilio con sus icónicas y coloridas cúpulas. Pero la estampa no estaría completa sin mencionar el Museo de Historia y el mausoleo de Lenin. Mientras este último lugar sigue siendo un punto de controversia sobre la autenticidad de su contenido, lo que permanece inmutable es la importancia histórica y turística de la plaza.

Al alejarse del bullicio de la Plaza Roja, uno descubre maravillas como el Teatro Bolshói, la Armería Estatal o el sublime Museo Pushkin de Bellas Artes. Entre todos destaca la Catedral del Cristo Salvador, una obra cuyo trágico destino bajo el régimen de Stalin evitó la construcción del megalómano Palacio de los Soviéticos, pero que fue reconstruida en los años 90 siguiendo los planos originales.

El Mundial de Fútbol de 2018 trajo consigo una ola de modernización a la ciudad. Con una inversión de aproximadamente 11.800 millones de euros, el evento permitió mostrar una nueva faceta de Moscú. Nikolai Gulyaev, antiguo campeón olímpico y jefe del Departamento de Deportes de Turismo, destacó el incremento del 60% en los turistas extranjeros, con más de cuatro millones de visitantes durante el Mundial. El monumental estadio Luzhniki fue el epicentro de la celebración, con capacidad para 80.000 espectadores y una renovación valorada en 338 millones de euros.

Otro centro de atracción es el Parque Zaryadye, inaugurado hace apenas un año. Diseñado por arquitectos neoyorquinos, este pulmón verde cubre 13 hectáreas y ofrece una innovadora combinación entre naturaleza y diseño ultramoderno. Destacan sus zonas representativas de la geografía rusa y una estructura con forma de bumerang que ofrece unas vistas inigualables.

Esta dualidad entre lo histórico y lo moderno tiene uno de sus mejores exponentes en los rascacielos moscovitas. Mientras que ‘Las siete hermanas de Stalin’ son un testimonio de la visión del dictador, el complejo Moscow City representa la promesa de un futuro brillante. Este centro financiero proyectado para albergar hasta 300.000 personas demuestra la capacidad de Moscú para adaptarse y crecer, a pesar de las dificultades iniciales.

Pero la verdadera joya subterránea de Moscú es su Metro, conocido como el «Palacio del Pueblo». Con 234 estaciones y más de 9 millones de usuarios diarios, algunas de sus estaciones están decoradas con un lujo digno de palacios con mosaicos, esculturas y vitrales que merecen ser visitados.

Un rincón menos conocido pero igualmente fascinante es el Bunker 42, un refugio de la Guerra Fría que ahora sirve como museo y ofrece una visión única de los tiempos del conflicto nuclear. Sus 7.000 metros cuadrados subterráneos y las experiencias de simulación de ataques nucleares proporcionan una perspectiva escalofriante pero educativa de la historia contemporánea rusa.

Moscú también se viste de gala en festivales como el «Circle of Light», donde el arte audiovisual transforma la ciudad en un espectáculo lumínico y pirotécnico sin parangón. Las proyecciones, las instalaciones luminosas y los espectáculos multimedia convierten la urbe en un verdadero centro de creatividad y tecnología visual.

La capital rusa ha demostrado ser mucho más que una reliquia del pasado. Su constante evolución la convierte en un destino donde el visitante puede experimentar la riqueza de su historia y la innovación de su presente, todo enmarcado en uno de los escenarios urbanos más vibrantes del mundo.

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