En Bruselas, las discusiones dentro de la OTAN apuntan hacia un nuevo objetivo de gasto en defensa del 3% del PIB, una meta que se oficializará en la reunión de junio. Este cambio coloca nuevamente a España en una situación desafiante, ya que el país se encuentra lejos de cumplir con estos niveles financieros exigidos por la alianza. La decisión subraya la presión continua sobre los miembros de la OTAN para aumentar sus contribuciones en un contexto de crecientes desafíos de seguridad global.
Leer noticia completa en El Mundo.