La Unión Europea y Marruecos han firmado un acuerdo agrícola que permite acceso preferencial al mercado comunitario para productos del Sáhara Occidental, territorio ocupado por Marruecos y pendiente de descolonización. Este pacto se cerró en Bruselas sin consulta al Parlamento Europeo, justo antes de expirar una prórroga emitida por el Tribunal de Justicia de la UE, que había anulado acuerdos anteriores por incluir al Sáhara sin el consentimiento saharaui. Aunque el acuerdo se considera provisional, enfrenta la oposición de agricultores europeos y del Frente Polisario. Rabat celebra el pacto como un respaldo a su soberanía sobre el Sáhara, mientras que la UE mantiene oficialmente que no reconoce esta soberanía. La decisión, adoptada rápidamente por los Estados miembros, refleja el interés de Bruselas en conservar la cooperación con un aliado estratégico en el Magreb, a pesar de las recomendaciones judiciales y el derecho internacional.
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