En un contexto donde a menudo se destacan la inteligencia y logros materiales, Víctor Küppers, experto en psicología positiva, argumenta que estas cualidades son en realidad el resultado de una «lotería genética» y no un mérito personal. Küppers sugiere que la verdadera admiración debería dirigirse hacia las virtudes adquiridas mediante esfuerzo consciente, como la bondad y la amabilidad. Destaca que el auténtico valor personal se compone de conocimientos, habilidades y, fundamentalmente, actitud. A través de ejemplos claros, propone que cada decisión y gesto diario contribuyen al objetivo de ser buenas personas, que es lo que realmente debería considerarse admirable.
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