La situación sobre el regreso del Barcelona al Camp Nou se ha convertido en una serie de promesas incumplidas. Inicialmente, se anunció que el Barça volvería en noviembre de 2024, pero la fecha se ha pospuesto repetidamente. Actualmente, el equipo juega en el Johan Cruyff, en una medida tolerada que contrasta con las regulaciones aplicadas a otros clubes. La planificación deficiente ha generado descontento entre financiadores y patrocinadores como Spotify, e incluso la UEFA ha sancionado al club con 15 millones de euros y ha condicionado otros 45 millones a la resolución de estos compromisos. La presión sobre la empresa constructora ha sido reconocida por Joan Laporta, mientras los seguidores del club sienten la repercusión directa de esta situación disfuncional, ya que el desorden afecta principalmente al Barcelona y sus aficionados.
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