Disney ofrece en «La Bella y la Bestia» una herramienta valiosa para enseñar valores a los más pequeños. Este clásico de los noventa no solo entretiene con sus princesas y maldiciones, sino que también imparte lecciones fundamentales sobre generosidad, valentía y la importancia de no juzgar por las apariencias. Bella, una princesa que desafía las normas tradicionales, enseña a ser independiente y a valorar la cultura, mientras que la Bestia revela que el arrepentimiento y el cambio son posibles. La película utiliza la metáfora de la rosa encantada para introducir el valor del tiempo y la urgencia de actuar con amor. Además, resalta la centralidad de la familia, sugiriendo que los niños deben aprender a apreciar y estar a la altura de sus padres y hermanos.
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