El Papa León XIV ha pedido al Espíritu Santo que guíe a los líderes de naciones en conflicto hacia el diálogo y la paz, durante la misa de Pentecostés en la Plaza de San Pedro, que reunió a 80.000 fieles. Un mes después de su elección, el Pontífice enfatizó la necesidad de una Iglesia inclusiva y una humanidad unida, destacando la importancia de eliminar muros de indiferencia y odio. También recordó que, así como en Pentecostés las lenguas unieron, hoy las divisiones deben convertirse en un patrimonio común que fomente la fraternidad. Concluyó exhortando a practicar «el mandamiento del amor» en un mundo marcado por conflictos y migraciones.
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