Los presidentes de Castilla-La Mancha, Galicia y Andalucía han unido fuerzas para oponerse a la desintegración del modelo de solidaridad interterritorial en un debate centrado en el papel de las regiones en la toma de decisiones de la Unión Europea. Esta alianza busca preservar el equilibrio financiero y político entre las distintas comunidades autónomas, asegurando que las decisiones europeas no comprometan la cohesión interna de España. La cooperación regional surge en un contexto donde la influencia de las regiones en el ámbito europeo cobra una creciente relevancia.
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