El funeral del Papa ha congregado a cerca de 50 jefes de Estado y de Gobierno, incluidos diez monarcas, en una ceremonia que se celebra en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas e incertidumbre. La asistencia masiva de líderes mundiales refleja la importancia del pontífice fallecido y el impacto de su legado en el escenario internacional. El evento se desarrolla en medio de un clima de crispación política que resalta las divisiones y desafíos actuales, subrayando la necesidad de cooperación y diálogo entre naciones en tiempos de cambio y conflicto.
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