El USB-C se ha convertido en el estándar predominante gracias a su versatilidad para cargar, transferir archivos y conectar dispositivos. Sin embargo, su compatibilidad no es siempre garantizada debido a la diversidad de estándares técnicos involucrados. Mientras que cargadores con certificación Power Delivery ajustan automáticamente el voltaje, evitando riesgos en dispositivos como móviles y portátiles, algunos cables y adaptadores pueden fallar si no cumplen con los protocolos requeridos. Además, los cables baratos o cargadores de baja calidad pueden dañar dispositivos o limitar la funcionalidad. La verdadera conexión universal del USB-C reside tanto en su forma como en el conocimiento y la precaución del usuario al elegir componentes certificados.
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