En Estados Unidos, el problema del robo de paquetes dejados en los porches de viviendas, conocidos como «piratas de los porches», se ha intensificado, provocando alarma nacional. Estos ladrones, a menudo disfrazados incluso con chalecos de repartidores de Amazon, se aprovechan de la falta de entrega en mano de objetos valiosos, como los iPhones, los cuales son sustraídos minutos después de ser dejados. La situación ha llevado a la policía a implementar diversas estrategias, como el uso de cajas con localizadores, en un intento por frenar esta oleada de delitos, mientras los afectados comparten incidentes en redes sociales. A pesar de propuestas para endurecer las medidas de entrega y convertir el robo en un delito federal, las empresas continúan reponiendo los pedidos robados como solución temporal. Según estimaciones, la cifra de pérdidas por estos robos alcanza los 25 millones de dólares diarios, incrementada por el retorno de muchos estadounidenses a sus oficinas tras el teletrabajo.
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