El estancamiento del apoyo internacional hacia Ucrania centra la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN en Bruselas, con preocupaciones sobre un posible cambio de política de Estados Unidos tras el regreso de Donald Trump. Los aliados, ansiosos por evitar que la situación de Kiev se deteriore, están enfocados en solucionar problemas en el campo de batalla y responder a las demandas del presidente Zelenski, quien insiste en que se le suministren misiles de largo alcance. Durante una visita sorpresa a Kiev, el canciller alemán Olaf Scholz anunció un nuevo paquete de ayuda de 650 millones de euros, que Zelenski valoró positivamente aunque no lo considera suficiente. La ampliación del gasto en defensa y la revitalización de la base industrial militar también son temas clave, y se debate si es necesario aumentar el porcentaje del PIB destinado a fines militares, con Trump proponiendo incluso un incremento al 4%. Mientras tanto, la adhesión de Ucrania a la Alianza Atlántica sigue sin estar en discusión inmediata, y Zelenski prioriza un plan de victoria en lugar de negociación con Rusia, siendo realista sobre la imposibilidad de ceder territorio.
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