Los republicanos han logrado un contundente triunfo en Estados Unidos, asegurando la presidencia con Donald Trump como líder por tercera vez consecutiva y rompiendo el control demócrata del Senado. Con la mayoría republicana en ambas cámaras, Trump enfrenta un camino despejado para implementar su agenda conservadora, ya que pueden nombrar jueces y secretarios con mayor facilidad. Sin embargo, alcanzar consensos será crucial, especialmente en temas de financiamiento gubernamental y límite de deuda, debido a que muchas legislaciones requieren superar la barrera de los 60 senadores. La salida de Mitch McConnell del liderazgo en el Senado abre la puerta a una nueva dirección bajo la mayoría republicana, que promete centrarse en bajar precios y asegurar las fronteras. Esta ola roja representa un cambio con efectos aún difíciles de prever en la política estadounidense.
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