La interna del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia enfrenta una etapa crítica con acusaciones sexuales contra sus dos líderes, Evo Morales y el presidente Luis Arce. Morales es investigado por presunto estupro agravado, mientras Arce enfrenta denuncias de abuso sexual y coerción para un aborto. Estas acusaciones coinciden con un clima político tenso, en el que Morales y Arce se encuentran en medio de una lucha de poder de cara a las próximas elecciones. Morales ha reaccionado calificando el proceso en su contra como una persecución política y asegura contar con más de 200 abogados para su defensa. Las acusaciones reflejan una disputa cada vez más acalorada dentro del partido, afectando la imagen pública de ambos líderes y dejando el futuro político del MAS en un estado incierto.
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