En una aparición televisiva durante máxima audiencia, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió su gestión frente a crecientes críticas tras disolver la Asamblea Nacional en junio. Entre las acusaciones, responsabilizó a la extrema derecha y la extrema izquierda del desorden político actual, sugiriendo que buscan su dimisión, algo que desechó categóricamente al recalcar que cumplirá su mandato hasta 2027. Tras la caída de su primer ministro Michel Barnier, propiciada por una moción de censura aprobada por una inusual coalición opositora, Macron se enfrenta a la difícil tarea de elegir un nuevo líder gubernamental. Aunque se especula sobre posibles candidatos, el nombramiento se ha retrasado, lo que refuerza la percepción de una crisis de gobernabilidad. Mientras tanto, Macron centra su atención en la reinauguración de Notre Dame, a la que asistirán destacados líderes mundiales.
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