Falange Española organizó una manifestación en Madrid con aproximadamente 300 participantes, predominantemente jóvenes, defendiendo una postura ultraderechista que rechaza la diversidad cultural. Vestidos de negro, los manifestantes avanzaron desde Callao hacia Puerta del Sol, exhibiendo gestos nazis y consigas contra minorías y líderes políticos, como la presidenta de la Comunidad de Madrid y el ministro del Interior. La marcha fue interrumpida por colectivos antifascistas que se congregaron en Tirso de Molina, aunque ambos grupos evitaron el enfrentamiento directo. Durante la marcha, la policía intervino para prevenir altercados, y tanto falangistas como antifascistas expresaron descontento con las fuerzas de seguridad. La manifestación culminó con actos simbólicos propios de la ultraderecha y enfrentamientos menores, pero sin incidentes graves.
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