Durante una manifestación en Barcelona se produjeron disturbios, con numerosos escaparates rotos y comercios vandalizados, mientras que la policía detuvo solo a dos personas. Los manifestantes corearon eslóganes en apoyo a Hamás, denunciando acciones en Gaza. Paralelamente, en Madrid, se realizó otra protesta contra Israel, utilizada por el PSOE y grupos de izquierda para criticar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La marcha, con notable participación infantil, incluyó actos de ultraje a la bandera española y daños materiales en tiendas. La policía local intervino para controlar la situación, desplegando unidades antidisturbios.
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