El gobierno de Pedro Sánchez muestra sus divisiones internas ante la polémica flotilla pro Hamás, que busca romper el bloqueo israelí a Gaza. La ministra de Defensa, Margarita Robles, advierte sobre el «riesgo enorme» de esta acción y llama a la responsabilidad, mientras la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, apoya su continuidad, afirmando que cumplen con el derecho internacional. Robles enfatiza los peligros para los activistas y el buque español que los monitorea, mientras Díaz defiende la legitimidad de la misión. La flotilla, en la que participa el brasileño Thiago Ávila, vinculado a Hezbolá, genera controversia al desafiar las medidas de seguridad de Israel.
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