En un acto simbólico, Donald Trump recibió en enero de 2021 la Orden de Mahoma de Marruecos por su apoyo en la normalización de relaciones con Israel y su reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, un gesto que generó controversia y que Joe Biden no revirtió durante su mandato. Este reconocimiento, logrado en los últimos días de la administración Trump, fortaleció los lazos entre EE.UU. y Marruecos, generando reacciones mixtas y afectando la postura estratégica de otros países, como España y Francia, en el conflicto saharaui. La victoria electoral de Trump y su regreso al escenario político han sido recibidos con entusiasmo en Rabat, donde se esperan avances adicionales en el respaldo de Washington. Sin embargo, la falta de progresos concretos, como la apertura de un consulado estadounidense, subraya las tensiones persistentes. La situación se desarrolla en un marco donde la independencia del Sáhara Occidental sigue siendo un tema politizado y sin resoluciones definidas a pesar de medio siglo de disputa.
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