Decenas de viviendas de saharauis fueron derruidas por autoridades marroquíes en las afueras de El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental. El Comité Saharaui CODAPSO denunció esta acción como parte de una campaña de represión sistemática que incluye confiscación de tierras y desplazamiento forzoso. Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, elevó el caso a la ONU, calificándolo como un «crimen de guerra». Las demoliciones afectaron a familias vulnerables, destruyendo propiedades y medios de subsistencia. Esta ofensiva busca intimidar a la población saharaui para aceptar la ocupación marroquí, en violación del derecho internacional.
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