Italia está intensificando sus esfuerzos para convertirse en el principal centro eléctrico del Mediterráneo. En busca de este objetivo, el país está explorando la posibilidad de incorporar nuevos reactores y está trabajando en el refuerzo de sus interconexiones eléctricas con otros países. Este movimiento contrasta con las dificultades que España ha enfrentado en su intento de mejorar la colaboración energética con Francia, donde los esfuerzos han resultado infructuosos.
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