El presidente argentino Javier Milei aprobó mediante decreto la desregulación de la tenencia de armas semiautomáticas de alto calibre para civiles, una medida que deroga restricciones vigentes desde 1995. Este cambio legal, que también contempla la reducción de la edad mínima para portar armas de 21 a 18 años, y la facilitación de trámites para su adquisición, ha generado críticas por parte de organizaciones como la Red Argentina para el Desarme. Argumentan que esta decisión podría aumentar el flujo de armas hacia el mercado ilegal y beneficiar a organizaciones criminales. La nueva regulación, que debe implementarse por la Agencia Nacional de Materiales Controlados, contrasta con las políticas de desarme adoptadas en otros países. La postura de Milei refleja la afinidad con otros líderes de ultraderecha a nivel global, a pesar de haber atenuado sus discursos pro-armas durante su campaña electoral.
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