María Jesús Montero se perfila como una figura clave dentro del escándalo del caso Koldo, donde comparte protagonismo con José Luis Ábalos y su asesor personal, Koldo García. La reciente filtración de mensajes y las reuniones sostenidas por su entorno revelan que el vínculo entre Montero y los implicados en la trama era constante y que tenía conocimiento directo de las operaciones en marcha.
La relación personal y política de Montero con Ábalos se manifiesta claramente en los mensajes intercambiados entre ellos, interceptados en el marco de la investigación. Respaldando su trabajo en el ámbito ministerial, Montero había mencionado en una comunicación a Ábalos: «Tu ministerio y Hacienda nos sentimos equipo». Este sentido de colaboración revela un entramado de complicidades que hoy se encuentra bajo la lupa.
Ábalos, como figura clave del Ejecutivo y del PSOE, actuó como un nexo que permitió el acceso de personajes como Víctor de Aldama a favores institucionales. Documentos de la Agencia Tributaria indican que fue gracias a la mediación de Carlos Moreno, jefe de Gabinete de Montero, que Aldama pudo gestionar una reunión crucial para aplazar una deuda millonaria con Hacienda.
Montero, en comunicación constante con Ábalos, se refería a él con gran confianza y cercanía. Los registros indican que las conexiones entre el ministerio de Hacienda y los implicados en el caso Koldo fueron gestionadas a través de su estrecha relación.
Los encuentros entre Moreno y Koldo García, al menos cinco entre diciembre de 2019 y mayo de 2021, se llevaron a cabo fuera del marco institucional. En particular, se destacan reuniones en septiembre y octubre de 2020, justo antes de que Aldama evitara la inclusión de su empresa en una lista de morosos de Hacienda.
Aldama reveló que se le solicitó un “detalle” por los servicios de Moreno, que consistía en un soborno de 25.000 euros entregado en un bar y que, según su declaración, estaba vinculado a la búsqueda de un piso por parte de Moreno. Aunque este último ha negado recibir el dinero, las circunstancias de la compra de un inmueble poco después de los encuentros generan suspicacias.
Aldama ha afirmado que antes de mover cualquier pieza tenía que consultarlo con Montero, lo que sugiere que su aprobación era esencial para la continuidad de los trámites. La cúpula de Hacienda terminó por facilitar el aplazamiento de la deuda de Aldama, aportando más indicios que apuntan hacia la implicación activa de Montero.
A pesar de su defensa de Moreno, argumentando que las reuniones eran parte de la rutina ministerial, inspectores de Hacienda han indicado que tales encuentros no son habituales, especialmente durante la pandemia. La mención del “Gabinete de la ministra” en reuniones con deudores, tal como evidencian fuentes internas, sugiere que el poder del nombre de Montero abría puertas que de otro modo no se habrían abierto.
Esta situación plantea serias dudas sobre la independencia de la Agencia Tributaria durante el periodo de 2019 a 2021, con testimonios que sugieren que el organismo operó ‘a la orden’ de Aldama y Koldo. Moreno, con su doble rol como jefe de Gabinete y militante del PSOE, se convierte en un operador ideal dentro de este contexto, donde lo político y lo administrativo se entrelazan, lo que Montero no sólo permitió, sino que facilitó.
Por último, la reciente venta de la vivienda de Moreno en el mismo día que Aldama compareció ante el juez, junto a la cancelación de su hipoteca, evoca la posibilidad de una maniobra para ocultar pruebas. El hallazgo del inmueble fue difícil y se atribuye a un «error registral», lo que complica aún más la imagen de Montero, que, lejos de ser una figura ajena, emerge como un eslabón crucial de un tridente que operaba con conocimiento y complicidad.
Fuente: Partido Popular Andalucía