En Budapest, más de 100.000 personas participaron en el Budapest Pride, desafiando la prohibición del Gobierno de Viktor Orbán. La marcha, convertida en símbolo de la lucha por los derechos LGTBIQ+, también ha enfrentado manifestaciones concurrentes de la extrema derecha. El evento se desarrolló bajo estricta vigilancia policial dada la autorización de marchas de grupos radicales. Líderes políticos, incluidos Yolanda Díaz de España y diversas delegaciones, también se sumaron al evento internacionalmente respaldado. La ley anti-LGTBIQ+ de Hungría, similar a la de Rusia, ha sido objeto de críticas y procedimientos legales a nivel de la UE. La marcha destaca la tensión política en Hungría y pone en relieve el debate sobre los derechos humanos en Europa.
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