Miles de manifestantes, congregados bajo las siglas del Nuevo Frente Popular (NFP) en París, pidieron la destitución del presidente Emmanuel Macron en una protesta iniciada en la plaza de la Bastilla. La manifestación, convocada por La Francia Insumisa y replicada en 150 localidades, surge tras el nombramiento del conservador Michel Barnier como primer ministro, generando preocupación por la influencia de la ultraderecha liderada por Marine Le Pen. A pesar de la discordancia interna en la coalición de izquierda, el Partido Socialista se abstuvo de participar, mientras Macron enfrenta críticas por no respetar los resultados electorales, según el 74% de los encuestados por BFMTV. La situación augura un otoño tenso, con el gobierno bajo presión por recortes fiscales y una reforma de pensiones, en un contexto de creciente descontento social.
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