La banda de 900 MHz, conocida por su uso común en dispositivos de consumo y equipos industriales, científicos y médicos, enfrenta una amenaza significativa con los intentos de NextNav de privatizar este espectro compartido. Este rango de frecuencias, protegido por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) para operadores de radioaficionados y otros dispositivos no licenciados como monitores para bebés y abridores de puertas de garaje, ha sido un espacio clave para la innovación comunitaria.
Sin embargo, NextNav pretende tomar control de estas frecuencias y arrendarlas a proveedores de servicios móviles, en lo que muchos consideran un acaparamiento disfrazado de innovación. La empresa ha solicitado a la FCC reconfigurar la banda de 902-928 MHz para otorgarles derechos exclusivos, lo que les brindaría un mayor control sobre el espectro a expensas de otros usuarios. Este movimiento no solo proporcionaría a NextNav un «carril» propio en el espectro radiofónico, sino también una mayor potencia de transmisión y flexibilidad para las interferencias de radio.
NextNav justifica esta toma de control con la premisa de construir una red de Posicionamiento, Navegación y Temporización (PNT) como alternativa al sistema GPS. Sin embargo, la propuesta genera serias dudas. Al reemplazar el elemento «global» por una solución nacional, se limita la aplicabilidad y eficacia para la seguridad nacional. Además, este sistema PNT propuesto es vulnerable a los mismos problemas de interferencia que afectan al GPS tradicional, y la propia NextNav admite que no existe una gran demanda comercial para su producto.
A pesar de no tener un plan de innovación claro, NextNav planea revender su acceso exclusivo a redes móviles 5G. Esta estrategia no parece motivada por cuestiones de seguridad nacional o avances tecnológicos, sino por intereses comerciales de monopolización. Si realmente confiasen en su visión de respaldo al GPS, podrían utilizar ya las secciones del espectro asignadas al 5G.
La banda de 900 MHz es vital para tecnologías comunitarias que fomentan la experimentación y la innovación. Proyectos como Meshtastic, una herramienta de comunicación descentralizada, destacan cómo se pueden crear redes resilientes que superen las fallas de los sistemas actuales. Este tipo de innovación comunitaria es esencial para enfrentar crisis y avanzar tecnológicamente.
No se trata solo de proteger un conjunto de frecuencias, sino de mantener un espacio que promueve la colaboración y la construcción de conocimiento comunitario. Evitar una monocultura tecnológica que no pueda adaptarse a nuevas amenazas es crucial. La propuesta de NextNav amenaza directamente esta innovación, la seguridad pública y el empoderamiento comunitario.
Aunque las observaciones sobre esta propuesta se han cerrado, las respuestas del público seguirán abiertas hasta el 20 de septiembre. La FCC tiene la responsabilidad de rechazar esta apropiación corporativa y asegurar que la banda de 900 MHz continúe siendo un recurso común. El futuro de nuestra infraestructura de comunicación y la innovación comunitaria que esta respalda deben ser protegidos.