La batalla tecnológica en el campo de la inteligencia artificial se intensifica con la inferencia como su epicentro. Los modelos de IA actuales están superando limitaciones anteriores y evolucionan hacia sistemas agénticos, capaces de efectuar razonamientos complejos, gestionar contextos masivos y mantener memorias persistentes. Ante estos retos, NVIDIA ha puesto en escena Rubin CPX, una GPU especialmente diseñada para mejorar el rendimiento en trabajos con contextos extensos que van más allá del millón de tokens.
Con la integración creciente de la IA en sectores como el desarrollo de software y la producción de vídeo, las exigencias para manejar grandes volúmenes de información se han disparado. Los métodos tradicionales de procesamiento han resultado insuficientes, obligando a la industria a reconsiderar sus recursos energéticos y computacionales.
NVIDIA ha optado por una innovadora arquitectura de inferencia desagregada, dividiendo el procesamiento en dos fases: la de contexto, que requiere un alto poder computacional para procesar grandes volúmenes de datos, y la de generación, que necesita transferencias rápidas y eficientes memoria. Esta separación permite optimizar los recursos específicos, maximizando la eficiencia sin descuidar la complejidad inherente que trae consigo la coordinación de diversos sistemas.
La GPU Rubin CPX de NVIDIA, equipada con la arquitectura Rubin, promete revolucionar la infraestructura de inferencia. Con una capacidad de 30 petaFLOPs en NVFP4, 128 GB de memoria GDDR7 y un soporte mejorado para codificación de vídeo, Rubin CPX se posiciona como una solución clave para múltiples aplicaciones de alto valor, incluyendo la IA en el desarrollo de software, la generación de vídeos HD y en la investigación a gran escala.
Esta nueva tecnología no solo ofrece rendimiento, sino también una eficiencia económica significativa. NVIDIA señala que con Rubin CPX las empresas podrían alcanzar retornos de inversión de 30 a 50 veces mayores, potencialmente generando miles de millones en ingresos por tokens con una inversión relativamente modesta.
Además, Rubin CPX forma parte de la plataforma NVIDIA Vera Rubin NVL144 CPX que integra una potente red de GPUs y CPUs, prometiendo una capacidad de 8 exaFLOPs en un solo rack, todo enlazado con tecnología de vanguardia para garantizar baja latencia y escalabilidad.
No obstante, la disponibilidad de Rubin CPX está proyectada para finales de 2026. Mientras tanto, el ecosistema de inferencia de NVIDIA se prepara para redefinir el futuro tecnológico y empresarial, asegurando que las demandas de procesamiento masivo sean no solo alcanzables, sino también económicamente viables.
En conclusión, con la presentación de Rubin CPX, NVIDIA no solo introduce una nueva GPU, sino que redefine el enfoque de la inferencia, integrando tecnología avanzada que es crucial para enfrentar las complejidades del futuro en inteligencia artificial.