El 1 de julio históricamente marca el inicio de las rebajas de verano, aunque numerosos comercios se adelantan con sus promociones. La Dirección General de Consumo ha emitido una serie de recomendaciones para quienes planean adquirir productos rebajados, ya sea en tiendas físicas o en línea.
En primer lugar, es fundamental recordar que los derechos de los consumidores siguen siendo los mismos durante las rebajas. Los establecimientos deben tener al menos la mitad de sus productos en oferta. Es crucial que el precio rebajado esté claramente visible junto al precio original, sin superposición, y que los productos rebajados estén bien identificados. Según la normativa, los anuncios de reducción de precios deben mencionar el precio anterior o el más bajo en los 30 días previos.
La publicidad es vinculante, lo que obliga a las empresas a respetar los precios anunciados y asegurar existencias suficientes de los productos rebajados. Planificar las compras con antelación y establecer un presupuesto es esencial para evitar compras impulsivas. También se aconseja comparar precios y calidades en diferentes establecimientos.
Los consumidores deben ser cautelosos con los precios demasiado bajos, ya que pueden indicar defectos en el producto, por lo que es vital verificar que el artículo no esté deteriorado. En tiendas físicas, no hay obligación de aceptar cambios y devoluciones a menos que haya un defecto de fábrica. Cada establecimiento posee sus propias condiciones de devolución.
En el comercio online, los consumidores cuentan con el derecho de desistimiento, que permite devolver el producto sin justificación dentro de 14 días naturales.
Fuente: Junta de Andalucía.