España ajustará sus relojes este domingo al horario de invierno, atrasando una hora. A pesar de los debates sobre su utilidad y el impacto en la salud, el horario de verano e invierno persiste desde la crisis petrolera de los años setenta. Mientras el presidente Pedro Sánchez aboga por eliminar estos cambios, alegando que el ahorro energético es mínimo y que afecta la salud, el Parlamento Europeo aún no ha alcanzado un consenso sobre esta cuestión. España introdujo el cambio en 1974, y una directiva de 2001 lo armonizó en la UE. Aunque hay posturas encontradas sobre los efectos en la salud, algunos especialistas y el Ministerio de Sanidad prefieren mantener el horario de invierno. Sin embargo, una mayoría de españoles opta por el horario de verano, según una encuesta reciente. A nivel europeo, la propuesta sigue generando división, a pesar de un respaldo general para su eliminación.
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