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Olas de Calor: Impacto en el Sueño y Envejecimiento Acelerado, Revela Estudio de Longevitas

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Sergio Ramirez chef

Un reciente estudio ha revelado que un tercio de los españoles sufre insomnio, una situación que empeora en verano a causa de las altas temperaturas y el aumento de horas de luz. Ilona Calparsoro, experta en longevidad y CEO de Longevitas, explica que estos factores, junto con el ruido exterior y cambios en la rutina, complican la conciliación y mantenimiento del sueño durante esta estación.

Las altas temperaturas nocturnas dificultan especialmente el descanso. Un análisis realizado a 47,000 adultos muestra que cuando la temperatura supera los 30 °C, las personas duermen 14 minutos menos por noche, resultado que, extendido a lo largo del año, suma 44 horas menos de sueño. Este fenómeno afecta en mayor medida a los adultos mayores y a las mujeres. Calparsoro advierte que temperaturas superiores a los 20 °C impiden alcanzar un sueño reparador.

El insomnio crónico no solo impacta la calidad de vida, sino que también tiene efectos celulares, como el acortamiento de los telómeros, estructuras relacionadas con la longevidad celular. Dormir mal, según Calparsoro, acelera el envejecimiento, causando deterioro cognitivo y problemas en el sistema inmune.

El clima también juega un papel crucial. La Agencia Estatal de Meteorología señala un aumento significativo en las «noches tropicales», donde las temperaturas no bajan de los 20 °C, multiplicándose por cuatro en las últimas décadas. Esto contrasta con la temperatura ideal recomendada para un buen descanso, que oscila entre los 19 °C y 21 °C.

Para afrontar el insomnio, se sugieren medidas prácticas. El uso de suplementos nutricionales que incluyen magnesio, melatonina y vitaminas del grupo B resultan beneficiosos para mejorar la calidad del sueño. Se aconseja también adoptar hábitos como duchas tibias, cenas ligeras y evitar pantallas antes de acostarse.

Mantener la habitación fresca, ventilar en momentos adecuados y utilizar ropa de cama ligera forman parte de estrategias para mejorar el bienestar nocturno. Además, es recomendable limitar la duración de las siestas y establecer horarios regulares para dormir y despertar. Estos simples ajustes pueden marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y, en consecuencia, en la salud general durante los periodos de calor extremo.

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