Las estadísticas son escalofriantes: 500 de los aproximadamente 30.000 milicianos de Hizbulá han quedado ciegos y un número aún mayor ha sufrido mutilaciones. Israel tiene un historial extenso en el uso de dispositivos para eliminar a sus enemigos, desde teléfonos preparados para detonar hasta un robot asesino operado con inteligencia artificial.
Leer noticia completa en El Mundo.