En Kenscoff, Haití, un grupo armado atacó el orfanato de Santa Elena, parte de la organización Nos Petits Frères et Soeurs, secuestrando a nueve personas, entre ellas una misionera irlandesa y un niño de tres años, sin demandas hasta el momento. La violencia de las pandillas que asedian desde enero ha provocado más de 200 muertes en la zona. La organización ha decidido cerrar todas sus instituciones en Haití hasta que los secuestrados sean liberados. Haití enfrenta su peor crisis de seguridad en años, con más del 80% de Puerto Príncipe bajo control de grupos criminales, lo que ha generado una crítica situación humanitaria. Estados Unidos ha cerrado su embajada y pidió a sus ciudadanos abandonar el país debido a la creciente violencia.
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