En Gaza, la situación es crítica y desesperante. El ejército israelí ha ordenado el desalojo total de Ciudad de Gaza, empujando a miles de personas hacia la precaria «zona humanitaria» de Al Mawasi, ya abarrotada y sin espacio para más refugiados. Maryam, una de las muchas palestinas atrapadas en esta crisis, ha decidido quedarse a pesar del peligro inminente, al igual que otros residentes que no ven otra salida. El bloqueo casi total impuesto por Israel ha provocado una hambruna devastadora y la escasez de recursos básicos, como gasolina, dificulta cualquier intento de traslado. La infraestructura de salud está colapsada, con hospitales incapaces de mover a sus pacientes ante la falta de espacio en el sur. Muchos gazatíes, arriesgándose al desplazamiento y al desarraigo, apenas logran cargar con lo esencial mientras enfrentan un futuro incierto. La comunidad internacional observa con preocupación creciente, mientras las historias de aquellos atrapados en este conflicto resuenan como testimonios de resistencia y desesperación.
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