En un contexto de calor abrasador que ha marcado eventos recientes, la falta de costumbre de usar sombreros en regiones soleadas sorprende, especialmente en comparación con países lluviosos donde estas prendas son comunes. En España, tanto mujeres como hombres generalmente evitan las pamelas, reservándolas solo para bodas formales. Esta tendencia contrasta con el norte de Europa, donde el sombrero es parte de la tradición en eventos importantes. Figuras públicas, incluidas ministras, a menudo están al sol sin protección, lo que destaca aún más la ausencia de esta práctica en ámbitos oficiales. La falta de uso de sombreros en estos eventos no solo desafía la tradición, sino que también plantea cuestiones sobre estilo y comodidad. Esta reflexión surge durante un desfile romántico bajo el sol en la capilla neogótica de Sa Torre, mostrando cómo un simple accesorio podría mejorar tanto la apariencia como el bienestar.
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