Pauline Ferrand-Prévôt ha hecho historia al convertirse en la primera mujer francesa en ganar el Tour desde 1989. En las rampas de la Madeleine, impulsada por el apoyo de sus padres y el fervor de la afición, Ferrand-Prévôt se vistió de amarillo tras imponerse sin acelerones espectaculares, pero con un ritmo aplastante que dejó atrás a sus competidoras, incluida la australiana Sarah Gigante. Con esta victoria, Ferrand-Prévôt cierra un círculo personal marcado por su regreso a las carreteras tras una década alejada, y lo hace con la templanza y serenidad que le otorgó su medalla de oro en los Juegos Olímpicos. La ciclista, quien ha sido campeona mundial en múltiples disciplinas, celebró emocionada su hazaña, mientras Demi Vollering, una de sus rivales, reconocía su superioridad. Al concluir la carrera, Ferrand-Prévôt se mostró visiblemente emocionada y se abrazó con Jeannie Longo, otra leyenda del ciclismo francés.
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