La Vuelta a España está en medio de una controversia política debido a las protestas propalestinas contra el equipo Israel Premier-Tech, financiado por el magnate Sylvan Adams. Activistas critican el uso del deporte para blanquear la imagen de países implicados en conflictos, lo que se conoce como «sportwashing». La carrera ha sido interrumpida por manifestaciones, y el debate se centra en la neutralidad política del deporte. A pesar de las críticas, la Unión Ciclista Internacional respalda la participación del equipo invocando dicha neutralidad. Sin embargo, el contexto actual de violencia en Gaza y la referencia a sanciones previas contra Rusia y Bielorrusia por razones similares plantean preguntas sobre el papel ético del deporte en situaciones de injusticia global.
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