Sergio Pellicer se encuentra en un momento crucial en su carrera como entrenador del Málaga CF, ya que afronta su último año de contrato con el club. A pesar de haber liderado al equipo a un ascenso y lograr la permanencia, Pellicer sabe que repetir la temporada pasada no será suficiente para asegurar su continuidad. En el mundo del fútbol, lo logrado en el pasado rápidamente se desvanece y en un club como el Málaga, la exigencia inmediata es constante.
Con una mezcla de franqueza y resignación, Pellicer reconoce que la estabilidad es efímera y que cada temporada es un nuevo comienzo. «Si repito la temporada pasada, no me vale para quedarme», afirma, comparando su situación con la de un agricultor que debe volver a sembrar cada año.
El técnico malaguista es consciente de los desafíos que trae una segunda temporada tras un ascenso. Ejemplos recientes, como los de Andorra o El Ferrol, muestran que el fútbol es implacable con las segundas oportunidades. Para Pellicer, es fundamental que el Málaga no solo mejore en números, sino que también crezca en ilusión y rendimiento.
A pesar de la incertidumbre, Pellicer valora su relación con Loren Juarros, director deportivo del club. Describe su conexión como un matrimonio que, a pesar de las discusiones, se mantiene unido por el bien del equipo. Fuera de los despachos, resalta la importancia de los jóvenes talentos que empiezan a destacar y los veteranos que aportan estabilidad, subrayando que el futuro del Málaga se construye con esfuerzo colectivo y la convicción de estar creando «algo muy bonito».