En España, el discurso político de la extrema izquierda se centra en alertar sobre una supuesta amenaza de la ultraderecha, buscando así desacreditar a la derecha actual al asociarla con el franquismo. Mientras tanto, el Partido Popular (PP) parece haber adoptado un complejo de culpabilidad al aceptar este relato, mientras que Vox, que surgió como respuesta a la falta de identidad del PP, ha mostrado actitudes que algunos califican de infantiles. En Baleares, la política local es testigo de particulares tensiones entre PP y Vox, especialmente en torno a cuestiones como la Ley de Memoria Democrática y la ecotasa. Esta dinámica podría favorecer un resurgimiento de la alianza de izquierda conocida como Pacte de Progrés, aprovechando el temor al avance de la ultraderecha.
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