Las plantas han desarrollado sofisticadas estrategias para destacar en la competencia por la luz solar y los polinizadores. Investigaciones revelan que algunas enredaderas y flores, como las campanillas, modifican su color y tamaño para atraer más insectos. Este «exhibicionismo vegetal» incluye aumentar la clorofila en sus hojas en ambientes densos. Además, bajo tierra, las raíces compiten absorbiendo rápidamente recursos y liberando compuestos que inhiben el crecimiento de otras plantas, un fenómeno conocido como alelopatía. Ejemplos como el lirio de fuego intensifican sus colores para sobresalir en entornos competitivos. Este comportamiento es una respuesta evolutiva regulada por hormonas, no emociones humanas.
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