La Policía finlandesa ha prohibido viajar al extranjero a siete tripulantes del petrolero «Eagle S», sospechosos de dañar cinco cables submarinos en el mar Báltico, en un presunto acto de sabotaje. La medida busca asegurar el curso de la investigación, que sigue en curso tras reanudarse las pesquisas subacuáticas interrumpidas por mal clima. Se hallaron marcas de arrastre de ancla que sugieren un acto deliberado. El buque, escoltado por la Guardia Costera en Porvoo, está bajo custodia junto a sus 35.000 toneladas de combustible, retenidas por sospechas de pertenecer a la «flota fantasma» rusa. Las autoridades finlandesas, preocupadas por la reiteración de esos incidentes desde su ingreso a la OTAN, investigan una posible conexión con acciones híbridas de Rusia.
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