La ciencia ha comprobado que la dificultad para recordar nombres es un problema común y no se debe únicamente a la edad, sino a factores relacionados con la memoria y la historia personal de cada individuo. La familiaridad con caras o nombres puede influir significativamente en la capacidad para recordar, según estudios de la Universidad de Lancaster. Registraron las dificultades de 22 personas durante siete semanas, revelando que la asociación y similitud con personas conocidas facilitan la memoria, mientras que nombres menos familiares son más difíciles de recordar. Técnicas como escribir repetidamente el nombre o asociarlo con algo conocido pueden mejorar esta capacidad.
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