La sociedad portuguesa, cansada de la inestabilidad política, se prepara para participar en elecciones legislativas por tercera vez en cuatro años. El clima de descontento general ha llevado a muchos ciudadanos a buscar una solución más estable, lo que ha favorecido al primer ministro de centroderecha, Luís Montenegro, quien busca consolidar su posición en medio de este contexto de incertidumbre.
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