A medida que la tensión aumenta entre Rusia y Ucrania, el uso de misiles de largo alcance como los ATACMS y Storm Shadow en territorio ruso ha llevado a una inminente represalia del Kremlin, probablemente a través de ataques convencionales e híbridos. La preocupación por una posible escalada ha llevado a varias embajadas, incluida la de Estados Unidos y España, a cerrar temporalmente en Kiev. Este temor se intensifica tras incidentes recientes en el Báltico, donde se dañaron cables submarinos en acciones catalogadas como sabotajes, atribuidas a movimientos híbridos de Rusia. Mientras tanto, se especula sobre las posibles negociaciones de paz con la esperada llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, aunque las concesiones territoriales de Moscú siguen siendo un punto de discordia crucial. Con un creciente número de ucranianos deseando un fin negociado al conflicto, el escenario sigue siendo volátil y las acciones de Putin continúan desafiando la estabilidad europea.
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