El embarazo es una etapa clave en la vida de una mujer, donde la nutrición juega un rol esencial, impactando tanto la salud de la madre como el desarrollo del bebé. Durante este periodo, es crucial adoptar una dieta equilibrada que incluya nutrientes esenciales como ácido fólico, hierro, calcio y ácidos grasos omega-3, elementos vitales para prevenir complicaciones como defectos del tubo neural o anemia. Además, la prevención de infecciones alimentarias es fundamental, ya que microorganismos como Listeria, Toxoplasma, Salmonella y E. coli representan graves riesgos para las mujeres embarazadas y sus fetos. Evitar alimentos crudos o mal cocidos, optar por productos lácteos pasteurizados, y mantener una estricta higiene alimentaria son medidas preventivas esenciales. Un enfoque integral que combine una dieta adecuada con prácticas seguras de manipulación de alimentos es clave para asegurar un embarazo saludable.
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