El aceite de orujo de oliva, producido a partir del 80% de la aceituna no utilizada para el aceite de oliva tradicional, está ganando protagonismo como una alternativa versátil ante la subida de precios de otros aceites vegetales. Aunque sus exportaciones dominan el mercado, con ventas de 104 millones de toneladas a más de 130 países y un valor que ha crecido un 32% hasta los 425 millones de euros, la industria enfrenta desafíos con los aranceles impuestos por el gobierno de Trump. En el mercado interno, sus ventas aumentaron un 45,8% debido a la inflación de precio de otros aceites. Este aceite, que también se utiliza para generar energía, jabones y cosmética, se refina mediante un complejo proceso que elimina impurezas y mejora su calidad. En España, el sector es un importante generador de empleo y ha culminado la campaña 2023-2024 con una facturación de 860,2 millones de euros.
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