La esperada salida de Maduro de Venezuela, impulsada por la inclusión del líder en la lista de delincuentes buscados por Estados Unidos, ha generado reacciones diversas. Destacan especialmente las opiniones de la izquierda, a menudo acusada de pragmatismo ideológico y de manipular la percepción pública. Esta corriente, que ha justificado regímenes controvertidos y criticado selectivamente, es acusada de distorsionar la realidad para promover su agenda, erosionando valores occidentales. La crítica se centra en su apoyo a ciertos líderes y movimientos, mientras se ignoran situaciones en países como Irán o China. Este comportamiento se considera parte de una estrategia más amplia para cambiar los valores y estructuras sociales tradicionales.
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