Apple, Samsung, Google y Motorola lideran una colaboración innovadora con T-Mobile y SpaceX, preparando el escenario para un cambio radical en el acceso a internet a través de su servicio Starlink. A partir del 15 de julio de 2025, ambas compañías iniciarán una fase de pruebas para ofrecer internet en zonas rurales, remotas y de difícil acceso, utilizando tecnología integral que elimina la necesidad de infraestructura terrestre tradicional.
Este avance busca reducir la brecha digital que persiste en muchas partes del mundo, afectando principalmente a áreas con baja densidad de población. Aunque T-Mobile lidera la iniciativa, otras operadoras como Verizon y AT&T también podrán beneficiarse de esta tecnología revolucionaria.
Los dispositivos actualmente compatibles con esta conectividad son teléfonos inteligentes de uso común que han incorporado soporte para redes satelitales. Entre estos se incluyen modelos de Apple como iPhone 14, 15 y 16, y de Samsung los modelos Galaxy A14 a A54, S21 a S25, y Z Flip 3 a 6, entre otros de Motorola y Google. Esta lista se ampliará a medida que más fabricantes adapten sus dispositivos a estas nuevas capacidades.
El sistema funcionará a través de una constelación de satélites de órbita baja que ofrecen baja latencia y velocidades de banda ancha, permitiendo cobertura directa en áreas sin infraestructuras como zonas montañosas o selváticas.
El impacto social de esta iniciativa va más allá de la simple conectividad. El acceso a internet en áreas rurales posibilita educación online, telemedicina y nuevas oportunidades comerciales, siendo un motor de progreso. Según el Banco Mundial, un incremento del 10 % en la penetración de internet puede elevar el PIB de un país en desarrollo hasta un 1,5 %.
A pesar de los desafíos, como el coste del servicio y la regulación global, el acuerdo entre T-Mobile y Starlink podría transformar el acceso a internet en un derecho universal. Con más operadoras y fabricantes sumándose, la era de una red global y accesible parece más cercana, y los satélites podrían convertirse pronto en el estándar de conectividad tanto como lo fueron las antenas móviles.
