El mundo del toreo se encuentra en una encrucijada tras la reciente decisión del Ayuntamiento de Madrid de reducir el número de corridas en Las Ventas. La medida, que busca responder a las crecientes críticas sobre el bienestar animal, ha generado reacciones divididas entre aficionados y detractores. Mientras algunos celebran el cambio como un avance hacia un trato más ético de los animales, otros defienden la tauromaquia como una tradición cultural esencial. La administración local justifica la decisión con la intención de adaptar las actividades culturales a las sensibilidades contemporáneas, aunque el debate sigue generando tensiones en ambos lados del espectro.
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